Juguetes para aprender a escribir
El proceso de aprender a escribir y a leer se llama “lectoescritura”. El acto de leer implica comprender lo que está escrito, así como escribir significa ser capaz de reproducir un texto propio. El empleo de juguetes para aprender a escribir es clave en el proceso de aprendizaje.
Estas dos aptitudes se complementan, pero requieren algunas habilidades distintas y otras habilidades que son comunes.
Es importante entender que aprender a escribir implica entender que a cada expresión oral le corresponde una expresión escrita y viceversa. Enseñar este concepto, es enseñar lectoescritura de manera integral, en la que los niños entenderán que la escritura es una forma de registrar lo que se habla, las ideas, lo que se siente, etc., además de entender que es otra forma de comunicarse con el mundo.
Por eso, esta teoría del aprendizaje que la profesora Emilia Ferreiro puso de manifiesto, pone el énfasis del aprendizaje en el sentido del mensaje más que en las letras aisladas que lo componen.
Cuando los niños diferencian el dibujo de la escritura, es el momento de comenzar el aprendizaje. En esa etapa el niño realiza los primeros intentos para comunicar de forma escrita lo que quiere. Los juguetes para aprender a escribir serán de gran utilidad en este proceso.
¿Qué juguetes puede usar un niño para aprender a escribir?
Los juguetes para aprender a escribir son un recurso didáctico excelente. La variedad que existe es muy grande, por eso es difícil decidirse sobre cuál es el más adecuado para los niños que necesitan aprender a escribir.
Dominó de sonidos
Uno de los juguetes más interesantes que se encuentran en el mercado es el “Dominó de sonidos”. Es un juego para aprender como suena cada letra asociándolo a un objeto con el objeto que empieza por ese sonido.
En este dominó lo importante es ir nombrando la letra por su sonido de modo que el niño se familiarice con ellos.
Maletín para componer palabras
Otro de los juguetes para aprender a escribir que da muy buenos resultados es el “Maletín para componer palabras”. En él, encontrarás letras de diferentes colores con las que se pueden formar palabras según los dibujos que trae.
Además, es autocorrectivo, las letras sólo pueden colocarse en la casilla correcta. Es una forma sencilla de que el niño entienda cómo funciona la escritura.
Caja de arena
Para los más pequeños, hay un juguete realmente fascinante porque trabaja la motricidad fina de un modo sensorial. Este juguete es la “Caja de arena Montessori” que consta de una simple caja con arena donde el niño puede realizar trazos al principio para más adelante llegar a dibujar letras. Se puede borrar y volver a escribir las veces que uno quiera.
Es muy entretenido y es perfecto para que los pequeños hagan trazos en la arena e ir aprendiendo las letras de forma gradual. Aunque existirán momentos en los que el niño tan solo querrá dibujar, pero es totalmente normal. Este proceso requiere tiempo y debemos ir poco a poco.
Con esta caja de arena se estimula la motricidad fina ya que el niño tendrá la posibilidad de perfeccionar sus trazos según se utilice la arena seca o un poco húmeda.
Letras de lija
Así mismo, puedes fabricar en cartulina con un poco de pegamento con brillo, las “letras de lija”. Estas letras tienen la finalidad de que el niño pase su dedo siguiendo el recorrido que se hace al dibujar las letras.
Esta es una manera más de incentivar el reconocimiento de las letras y su trazo correspondiente. Es otra forma de trabajarlas a nivel sensorial.
Pizarra magnética de letras
También existen otras ideas originales como la “
Es una idea muy creativa que estimulará la imaginación del niño que la utilice en su aprendizaje. En lo referente a actividades, hay material didáctico para la enseñanza de la escritura, un recurso muy valioso que está pensado para dar respuesta a las necesidades de cada nivel y cada etapa por la que pasan los niños a medida que aprenden a escribir. El material didáctico contiene actividades que van desde las más elementales hasta las más complejas para desarrollar al máximo el potencial del niño. Por ejemplo: reconocimiento de los diferentes estilos de escritura, paneles de mayúsculas, paneles de minúsculas, organización de las sílabas, etc. Así mismo, se pueden utilizar materiales como letras de plástico, pizarras individuales y otro tipo de recursos auto correctores con los que el niño podrá comprobar por sí mismo qué aspectos tiene que corregir. Las fichas facilitan el aprendizaje de la lecto-escritura. Es un recurso que encontrarás diseñado y pensado para las diferentes edades y etapas por las que atraviesan los niños cuando aprenden a escribir. Para los más avanzados en el tema, encontrarás fichas de caligrafía para que puedan mejorar su escritura. Para los que están en un aprendizaje intermedio, dispones de fichas con mayúsculas, minúsculas tanto en letras de imprenta como en cursiva para que conozcan todos los tipos de escritura que existen. Además, muchas de estas fichas están pensadas para practicar los nombres de los colores, por lo que es un recurso muy efectivo para reforzar lo aprendido. Y para los que recién comienzan con este tema, encontrarás fichas que estimulan la iniciación a la escritura utilizando como soporte el dibujo. En internet hallarás una gran variedad de fichas que puedes descargar e imprimir para trabajar con los niños. En el mercado existen diferentes propuestas de libros que tienen como finalidad aprender a escribir. En algunos casos, los cuadernillos de escritura vienen con una pizarra mágica, que permite practicar y borrar para volver a usar. Contienen ejercitaciones divertidas y muy educativas que estimulan la escritura tanto de las letras como de los números. Algunos libros tienen ejercicios de mayúsculas y minúsculas para niños que ya han comenzado esta etapa del aprendizaje. Para una mayor comprensión de lo que significa aprender a escribir, se definen las etapas o niveles por los que pasa el niño mientras va desarrollando su escritura. Ellos son: presilábico, silábico, silábico – alfabético y alfabético. Esta primera etapa corresponde al momento en el que el niño diferencia el dibujo de la escritura. Puede entender que esas letras tienen un significado, hace el intento de imitar lo que ve y pone sus garabatos uno a continuación del otro como si cada uno fuese una letra. Para estimular esta etapa, se le ofrece al niño diferentes textos para que vea las posibilidades que tiene la escritura: cartas, recibos, revistas, periódicos, etc. También es bueno incorporar distintas actividades a su aprendizaje como, por ejemplo: leerle cuentos, invitarlos a que anticipen el final de una historia mirando el dibujo, incentivarlos a que dibujen lo que han escuchado, que realicen comparaciones entre palabras, etc. En esta etapa de iniciación a la escritura, comienza la asociación entre sonidos y sus correspondientes grafías. Establecen correspondencias, entiende diferencias entre las grafías que tienen distinto significado, encuentran palabras que comienzan con la misma sílaba, disfrutan de los trabalenguas y rimas, etc. En esta etapa pueden formar palabras con letras móviles, utilizando las vocales preferentemente. Los niños en esta etapa fluctúan entre lo que hacían en la etapa anterior y la próxima que es la alfabética en la que van a utilizar todas las letras para escribir una palabra. Utiliza todas las letras de forma indistinta, da el mismo valor a las vocales que a las consonantes. También puede hacer comparaciones entre palabras que se escriben parecido. En esta etapa los niños entienden cómo funciona el sistema de escritura, la relación que existe entre la frase que se dice y esa misma frase escrita en el papel. También relaciona cada letra con su correspondiente sonido. Su escritura se vuelve comprensible para los demás. Una forma de estimular la acción de aprender a escribir en esta etapa, es pedirles que escriban lo que piensan, lo que sienten o la lista de compras del supermercado. En la sociedad en que vivimos y con el gran estímulo visual que existe, el niño comienza a tener experiencias de lectura desde una edad muy temprana. Estos estímulos visuales escritos están inmersos en su vida cotidiana y, poco a poco, los van descifrando. En esos momentos, comienzan a imitar lo que ven: observan las páginas de una revista, imitan la acción de leer, anticipan la historia de un cuento al mirar sus imágenes, etc. Este proceso de iniciación a la escritura, comienza alrededor de los cuatro años. Se podría decir que esta etapa culmina sobre los ocho años, dependiendo de qué tan estimulado haya estado el niño y de su madurez. Es importante que el niño tenga control sobre su cuerpo y coordinación óculo manual. También es fundamental que los adultos entiendan que cada niño aprende a su manera y a su ritmo. Ellos necesitarán el apoyo y el acompañamiento de los que le enseñan y las presiones serán contraproducentes. Es por eso, que la persona que se encargue de la iniciación a la escritura del niño, debe combinar las estrategias de aprendizaje con creatividad, imaginación, espontaneidad y siempre iniciando desde lo que el niño conoce. En el mercado hay una gran variedad de opciones para adquirir, entre ellas, los juguetes para aprender a escribir. Estos juguetes facilitan el aprendizaje ya que trabajan desde el lado emocional del niño. Una manera de comenzar la iniciación a la escritura es mejorar el entorno en el cual se va a realizar el aprendizaje. Un ambiente de silencio, un poco de música favorece la concentración en el trabajo que se va a realizar. Utilizar un material atractivo y educativo, permitiendo que el niño realice sus trazos, garabatos y, si lo necesita, sus dibujos habituales. El material a ofrecerle es: un abecedario que pueda manipular, letras magnéticas, una pizarra, rompecabezas de letras y palabras sencillas de uso cotidiano. Se estimula la exploración y el uso progresivo del abecedario, acercándose poco a poco al sentido social que tiene la escritura. De forma gradual irá interiorizando las características y los aspectos comunes del uso de la escritura. Estimular la lectura por parte del adulto hacia el niño, logra grandes avances en su forma de escritura. Escribir carteles, tarjetas o listas lleva a que vaya entendiendo el funcionamiento de lo que está aprendiendo. En líneas generales se pueden distinguir dos métodos: Si se tienen en cuenta las etapas evolutivas por las que pasa el niño cuando se enfrenta a la escritura, descritas anteriormente, el primer método es el más indicado. El niño verá las palabras y en primera instancia prestará atención a las vocales más que a las consonantes y sus primeras palabras serán un conjunto de vocales. En un siguiente paso, el niño será capaz de entender que también hay otras letras que forman parte de las palabras. Además, descubrirá que éstas se necesitan para formar las sílabas y poco a poco irá incorporando todo el abecedario. Esto no significa que no se les deben mostrar las letras por separado. El niño las puede explorar, sin necesidad de obligarlo a aprenderlas de memoria. Por otra parte, esta memorización no tendrá significado para el niño ya que, al inicio del aprendizaje, no está en condiciones de entender que ese “todo” que es la palabra, está compuesta por “partes” que son las letras. Cualquiera sea el método que elijas para la iniciación a la escritura, ten en cuenta que es una actividad que deberás desarrollar con regularidad para que el niño incorpore el hábito de, lo que más adelante será, sentarse a estudiar. Aprender a escribir es iniciarse en una de las formas de comunicación del ser humano, donde se transmiten mensajes, sentimientos, emociones y se intercambian ideas.Actividades y materiales
Fichas
Libros
Etapas en la iniciación a la escritura
Primera etapa: nivel presilábico
Segunda etapa: nivel silábico
Tercera etapa: nivel silábico-alfabético
Cuarta etapa en la iniciación a la escritura: nivel alfabético
¿Cuándo comienza la etapa de aprender a escribir?
Ideas y trucos para aprender a escribir
¿Cómo enseñar a escribir a un niño? Métodos más eficaces